28 October 2012

Extraperlo + Villarroel Music Hall, 25 de octubre de 2012




Iba a sentarme escribir y, antes de hacerlo, he buscado en el disco duro el testimonio de la primera vez que vi a Extraperlo sobre un escenario, en el ya lejano verano de 2007. De otros grupos que compartieron cartel con ellos -dentro del festival Niu en la sala BeCool- recuerdo claramente la impresión que me dejaron esa noche, como Tu Madre, que me parecieron algo tan insólito que se convirtieron en una pequeña obsesión instantánea; o Irene Tremblay, en uno de los últimos conciertos que le vimos como Aroah y con banda en Barcelona, que estuvo muy tensa y por ello no muy inspirada. Tres fotografías terribles, borrosas, certifican que vi a Extraperlo, pero tengo una profunda laguna sobre su hazaña musical.

Entiendan que no es algo descortés; hablo de una banda que en el espacio entre ese concierto y la grabación de su primer disco supo tomarse su tiempo para pensar, descubrir, escuchar y aplicar a su música lo clasificado como material precioso en los cuadernos de campo de esas excursiones. Anhelaban dar con una combinación que les hiciera inconfundibles y vencieron en su objetivo con firmeza. Nunca volví a olvidarme de Extraperlo cuando escuché el primer adelanto de Desayuno Continental (2009), y lo mismo le pasaría a la mayoría de gente que prácticamente llenó la sala Music Hall el pasado jueves, esos que han esperado con paciencia el retorno discográfico del grupo barcelonés estos tres años.

En Music Hall les precedió otra banda que está tardando en publicar álbum, y no lo digo desde la impertinencia del gruñón sino desde el afecto del que les quiere bien y necesita más. Villarroel tienen en común con Extraperlo su gusto por lo más elegante, romántico y nocturno de la música de los ochenta, pero con una pátina de espontaneidad muy personal. Uno puede notar enseguida cuando escucha tocar a Elsa de Alfonso (voz, guitarra) que es alguien con una sensibilidad muy particular. Aunque otras veces han llegado a quinteto y el día anterior en la Fundación Caja Madrid fueron un dúo homenajeando a Daniel Johnston, se presentaron en formato trío (Helga Juárez a la batería y Max Campoamor al bajo además de Elsa). Sonaron estupendamente desde el inicio, con una embelesadora y extendida interpretación de 'La Francesa', y además de tocar los tres temas que grabaron para el disco compartido Espectros (2012) estrenaron varias canciones que probaron la variedad de un repertorio con el que nos ceban y nos dejan con un sentimiento de codicia hasta que se dejen caer por otro escenario.

Bajó el telón para realizar el cambio de instrumentos y en a penas quince minutos la expectación y la temperatura de la sala subieron considerablemente. Extraperlo (el cuarteto original con el añadido de Pau Riutort a la percusión electrónica) aparecieron envueltos en la luz intensa de dos barras de neón y comenzaron con 'Resplandor' y 'Modelos Blandos', tal como empieza Delirio Específico (2012). Las nuevas composiciones se descubren como buenas amigas de las anteriores y reconocemos detalles familiares, pero hay una solidez llena de espacio en la manera que han yuxtapuesto los arreglos esta vez que les da un gancho extra. Sigue habiendo punteos de reminiscencia tropical, pero sopla un viento gélido e impoluto desde los ritmos y un nosequé inexplicable que les ha hecho más sofisticados (la agradable ligereza de la misma 'Modelos Blandos', sin ir más lejos). Borja Rosal (voz, guitarra), Alba Blasi (teclado, voz), Cacho Salvador y Aleix Clavera (que alternaron bajo y guitarra, además de voces) mostraron idéntico carisma para contagiar entusiasmo en los momentos de mayor jolgorio de su cancionero (quizás más desatado en canciones antiguas como 'Negroni' o 'Las Palmeras del Amor', pero importante en novedades con estribillo marcado y pegadizo como 'Fina Vanidad') que para defender esos temas que le piden más al oído que a los pies ('Las Corrientes del Golfo', las dos enigmáticas piezas que cantó Salvador -'Esperando Nuevas Órdenes' y 'Viaje a Brasil'- o 'Ardiente Figura', un tema -ese funky que le da una palmada en la espalda a David Byrne- que destaca notablemente).

Una interpretación en general impecable (se puede afirmar sin titubear que es uno de los directos mejor ejecutados de nuestro panorama pop) que tuvo un colofón perfecto en un bis en el que satisficieron a quienes esperaban con ansia volver a bailar con 'Bañadores' sin descuidar a los que adoramos su vena más lírica, interpretando 'Noche en la Montaña', una canción de las que te hace borrar la sonrisa para concentrarte en la voz y las palabras de Borja Rosal y dejarte arrastrar por un sentimiento conmovedor impagable. Que nunca dejen de tocarla.

Estanis Solsona

1 comment:

  1. Perdón por el lapsus, Cacho Salvador no cantó "Entre las Plantas", cantó "Esperando Nuevas Órdenes". Hasta que no lo he releído ahora no me he dado cuenta, a ver si El Nerdo lo puede modificar en breve.

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