Lana del Rey, diva vintage del siglo XXI (Festival Pedralbes)
Meses
llevaba esperando ir a ver a Lana, y aunque sabía de antemano que
iba a ir sola, también que sería uno de mis conciertos del verano,
o eso creía... Para añadirle emoción al asunto, un mes antes me
enteré de que iba a telonearla uno de mis recientes y favoritos
descubrimientos, la banda mallorquina L.A. En este caso, en un
acústico en solitario de Luis Alberto, que repasó canciones de su
nuevo disco y otras de anteriores trabajos. Todo ello entonado con
una voz que no deja indiferente y que, a mí personalmente, me parece
una de las mejores voces masculinas del panorama español actual.
Después
de media hora larga de L.A. y después de un cuarto de hora de
preparación del escenario mientras sonaba música muy peliculera,
aparece la banda de Lana y seguidamente ella misma, con sus aires de
diva, muy simpática. Empieza con «Cola»», esa ‘’poética’’
canción que dice eso de ‘’my pussy tastes like Pepsi Cola’’,
y al poco rato de empezarla, llega mi primera decepción de la noche.
Lana, muy entregada a sus fans, se agacha mientras canta y se hace
fotos con sus seguidores, firma discos, pósters… todo sucede
mientras la organización y la seguridad del recinto intentan
devolver a sus asientos a todos los que han salido corriendo en busca
de un poco de atención de su ídolo. Prosigue el show y una
servidora lo da todo cantando y bailando como puede, porque en este
festival hay mucho pijo y, si te levantes a bailar, ¡en un concierto
de pop/rock!, te miran raro, ejem.
Sus
temas nuevos y ‘’antiguos’’, son acompañados de
proyecciones. En «Ride», la diva se fue y nos dejó con el
videoclip de la canción en pantalla, el monólogo de este, y
pensamos que iba a cambiarse de vestimenta, pero volvió con el mismo
vestido rojo con el que había empezado. Hora y cuarto después de
volver a decepcionarme con su multitarea de cantar y firmar a la vez,
llegó «Video Games», también acompañada con su respectivo
videoclip, momento en que ya bajó entre el público, lo que ya me
pareció demasiado (insisto: no espero encontrarme con firmas de
discos y fotos con fans en un concierto). Finalmente, acabó el
concierto con su «National Anthem», canción sobre un país que no
es el nuestro, pero Lana del Rey nos emboba tanto que la cantamos
como si de nuestro propio himno se tratara. Eso sí, una cosa que me
sorprendió: tenía entendido que en directo, la voz de la diva no
sonaba tan bien como en disco, pero su voz angelical nos dejó
boquiabiertos.
El
concierto se me hizo corto y, aunque llegué a casa encantada, me
puse a reflexionar y, la verdad, el de Lana del Rey es un espectáculo
que deja bastante que desear. Solo espero, como fan que soy, que
mejore su directo, o más bien su puesta en escena, menos halagar a
sus fans y más ofrecer el espectáculo que merecemos.
CAROL
JULIÀ @littlecaroline0
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