Pistoletazo
de salida del Aloud Music Festival: Cuzo y Syberia
Sin
el Aloud Music Festival, que con este ya va por su décimo
aniversario, me atrevería a decir que Barcelona no me gustaría
tanto. Diría que le faltan iniciativas o facilidades, según se
mire, que no tiene mucha música en directo, que ésta se muere
lentamente en la ciudad… Pero por lo menos me cierran la boca un
rato y me limito a asistir y disfrutar con festivales como este, que
para esto se hace y si ellos tienen la pasión de organizarlo,
nosotros tenemos el deber de participar. Y con mucho gusto.
Fue
un plan de pasado jueves que estuve a punto de ser descartado. Pero
llegué a la sala Sidecar, disfruté y me vencí a mí misma a partes
iguales pues los encargados de inaugurar el festival en la Sala
Sidecar fueron los barceloneses Syberia
y Cuzo.
Comenzaron
los cinco de Syberia,
y fue una grata sorpresa para los oídos, con un sonido sin grandes
cambios de ritmo pero ruidoso (y cuando no tienes un buen día,
parece que lo que necesitas es eso, mucho mucho ruido), un rock
instrumental denso pero con canciones sólidas, con distorsiones en
toda la hora que tocaron, y con muchos matices. Recuerda a otros
grupos como Toundra o Explosions in the Sky. Pero a nadie le gustan
las etiquetas y además, todo el mundo nos nutrimos de todos, como lo
hicieran en su momento por ejemplo, David Bowie, Iggy Pop o Lou Reed.
Y mira la que liaron.
Y
luego llegaron Cuzo.
A mí esta gente me alegra la velada, oigan. Este trío catalán ya
los había visto en 2010 gracias a los conciertazos que nos trae cada
año Balty (The Happiness Project y KLS) en el Plug
in The Gear allá por tierras valencianas. Pero ahora había
ganas de escuchar en directo los matices psicodélicos venidos de la
antigua Turquía que contiene su tercer trabajo, ‘Alquimia para
principiantes’. Y también de verlos disfrutar en el escenario.
Nadie dudaba que así fuera.
Cuzo
tocaron fuerte como siempre, tanto que distorsionan el sonido de los
vídeos que grabas si te acercas demasiado a ellos, tanto que le
podrías romperle el tímpano a tu amigo si quisieras comentarle
cualquier cosa en medio de alguna de sus canciones. Otras, en cambio
bajaron un poco la intensidad. Y la gente respiró y disfrutó de los
matices.
Muchos
dicen de ellos que se quedaron en los años 70, otros que vienen del
futuro para vivir en una época que no les pertenece. Mis amigos
comentan de ellos de todo y nadie se pone de acuerdo. Y yo digo que
menos mal que vivo para verlos en directo. Porque su fuerza radica en
eso. Joyitas del underground,
si se me permite la expresión.
Su
repertorio fue un non-stop de temas antiguos y nuevos, de progresión,
improvisación, experimentación y libertad sonora, de sensaciones
mágicas sin haber tenido que tomar sustancias necesariamente gracias
a la incorporación del Saz eléctrico, instrumento que suena a
Oriente. Véase Wikipedia para saber más de ello, pero ¡insensatos!
Acudid a alguno de sus conciertos para ver mejor lo que he escribo.
No sea que Jimi Hendrix se reencarne y se los lleve para siempre.
Avisados estáis.
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