crónica realizada por
Mikel Fernández Bilbao que escribe en AllegraMag de Lucía Etxebarría
El
Kafe Antzokia es un local bastante pequeño, lo que vaticinaba un
concierto más íntimo en cuanto a afluencia de público se refiere.
Las expectativas, para mí, eran altas, ya que llevo años siguiendo
la carrera de Seether y la verdad es que no defraudaron.
Abrían
la noche los británicos Heaven's Basement, un cuarteto jovencísimo
que con seis canciones y mucho tesón se ganaron a un público que no
había venido a verlos. A lo largo de la escasa hora que duró su
setlist, el cantante no paró ni un solo momento, a saltos y gritos,
animando al público a saltar y gritar con él. Una voz excelente y
unos solos de guitarra impresionantes hicieron lo demás.
A
las 11h. exactamente salían a escena los tres integrantes de
Seether, con "No Jesus Christ" como primer tema y las 100
personas que habíamos ido a ver a los surafricanos nos volvimos
locos, con uno de sus temas más enérgicos en directo. Contrastaba,
sobre todo para mí y mis acompañantes, la puesta en escena de estos
con los teloneros, que no sólo se movían sin parar si no que
interactuaban con el público más. Seether, en cambio, con un clara
influencia post-grunge, no dejaban de tocar, encadenaban canción con
canción, dejando el tiempo justo para dar las gracias (en castellano
unas veces, en inglés otras), acercarse al copazo (o vaso de agua)
que tenían en una esquina del escenario y cambiar de guitarra si era
preciso.
Una
de las cosas que más me sorprendió fue que Shaun Morgan no se
presentaba en el centro del escenario, sino a uno de los lados,
mientras que Dale Stewart estaba al otro lado, con el batería en el
centro.
Tocaron
todos su éxitos, unos mejor recibidos que otros, obviamente. Temas
como "Gasoline", "Rise Above This" o "Fake
It" estuvieron entre las mejor recibidas y más coreadas, pero,
tal vez, el momento más mágico de la noche fue cuando, sentados en
unos taburetes, y sin el bateria en escena, Shaun cantaba junto a
Dale, el tema que los dio a conocer: "Broken". Además se
marcó, después, el cantante solo, un acústico de "The Gift"
que aunque pudo resultar aburrido a alguna de mis acompañantes, a mí
me pareció de lo mejor de la noche.
El
carácter tímido de Shaun marcó las actuaciones, y muchos
comentarios de la noche sobre que no saludaba, y que casi no se le
veía la cara (tenía todo el rato el pelo por delante de los ojos).
El
local sonaba magnífico, aunque tal vez un poco demasiada alta la
música para una sala tan pequeña. Mi esperanza ahora es escucharles
en un local más grande, o, ¿por qué no?, en el BBK Live. Y de paso
que se traigan a Heaven's Basement, que estuvieron también
magníficos.
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