Poco me podría imaginar escribiendo en mi blog una crónica sobre Sigur Rós. Los que me conocen saben que siempre he huído de Jonsi y compañía solo por el simple hecho que me despiertan esos grupos de los que todo el mundo habla (como Arcade Fire) y que pese a su calidad no me aportan nada.
Siempre he pensado que el lugar donde ves un concierto es determinante para hacerte una impresíon u otra del espectáculo que acabas de presenciar. Sino véase el concierto de Bon Iver en Barcelona en el Poble Espanyol. No era el mejor sitio para ver la propuesta de Justin y menos el público que faltó el respeto no solo a Beth Orton, poco dada a nuestros lares y deesa de su propio estilo, sino que además hizo que servidor se centrara más en conversaciones, gritos a destiempo y otros ruidos molestos antes que a un repertorio que en la comodidad de casa es una delicia para oídos propios y ajenas. Una serie de despropósitos que no se pueden permitir en conciertos como la gira 'Valtari Tour' que ha devuelto a Sigur Rós a los escenarios de medio mundo. Así pues con una fan incondicional y sabiendo que mis teorías se cumplirían con seguridad decidimos viajar al país vecino en el día nacional de Cataluña para disfrutar de los Sigur Rós más íntimos, más vencedores, más destructores de almas, los de verdad, los músicos de los que todo el mundo habla dentro y fuera de las fronteras de su Islandia natal.
Tras cuatro horas de coche, llegamos a un teatro que se aposentaba justo al lado que las Arenas -sitio dónde todavía se celebran corridas de toros y en el que actuó Paquirri en los ochenta-. El pueblo una maravilla, el emplazamiento: cualquier concierto de vuestro grupo preferido que se celebre allí merece la pena cruzar la frontera aunque fuera en bicicleta...
Dos horas de show que nos transportan a un estado anímico -otro día hablaremos del estado de cada uno y su afección a la recepción de las vibraciones que emiten los artistas que nos gustan- idílico donde la crisis económica no existe, donde estar en el paro no es una preocupación, una aurora boreal que merece ser disfrutada una vez en la vida.
Nos fuimos al concierto sabiendo que tras el DCode Fest madrileño, Live Nation anunciaría su fecha para febrero en Barcelona y justamente ayer salió. Mañana entradas a la venta:
16 de febrero de 2013 Sigur Rós en Sant Jordi Club
LAS CANCIONES QUE INTERPRETARON EN EL CONCIERTO FRANCÉS
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