ARCTIC MONKEYS 28 DE ENERO PALAU SANT JORDI

Los monos árticos llegan al Palau Sant Jordi con todo vendido desde hace meses. Barcelona se prepara para recibirlos como es debido. Es sabádo 28 y su reciente ‘Suck It And See’ alimenta las mentes de sus seguidores, los primeros y más truly y los recién llegados. Desembarcan en la Ciudad Condal con su concierto más masivo y con reseñas positivas de Madrid. Todo augura un show maduro y consistente. Alex Turner se hace acompañar durante la gira por su amigo Miles Kane, su partenaire y compañero de batalla en The Last Shadow Puppets. Hoy hace frío y el Sant Jordi viste de un modo distinto al que acostumbramos a ver. El emplazamiento empieza a media pista cubriendo las habituales gradas de prensa, gracias a una cortina negra que marca los límites del recinto. Lo que el ojo puede ver está lleno de gente. Son las 21 horas y Miles Kane, puntualidad británica, sale a defender su aparición de debut en estos lares. El líder de The Rascals y ex The Little Flames y su ‘Colour Of The Trap’ tienen un grandilocuente estatus en La Islas. Marca el inicio de un fuego que ya no se apagará hasta que lleguemos a casa y pongamos nuestras posaderas en el sofá. Alguien dice que es muy sencillo tocar lo que hace el señor Kane. La verdad es que, por momentos, parece que el brit-pop no haya muerto. Que este encubierto tributo a bandas de los 90 como Blur u Oasis sea parte natural de su evolución. Viajamos en el tiempo. Termina su set. Sabemos que volverá alone muy pronto. Esperamos lo necesario, unos quinze minutos largos y, entonces, el noviete de la mediática Alexa Chung aparece en escena, puntual a las 22.15 horas estipuladas. Los Arctic Monkeys desatan la locura desde el minuto uno. Saben que tienen hits, conocen sus bazas, aprovechan su juventud, echan mano de su enorme talento. El concierto transcurre como un obús.  Entonces en trance. Repasan sus cuatro discos,  visitan por aclamación popular su debut con su largo título ‘Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not’. Se encienden las luces. Todos contentos y satisfechos. Así si vale la pena asistir a un concierto. Gracias y hasta pronto. El bajista Andy Nicholson debe estar tirándose de los pelos. 



TEXTO: PAU D. PEÑALVER FOTO: TONI ROSADO (SERIE BCN)