Por determinadas circunstancias las canciones que forman parte de nuestro legado y de la historia de la existencia que experimentamos...un día por ciertas acciones o consecuencias pasan a un segundo plano obligado. La canción más bonita del mundo una mañana es la mejor melodía que nuestros oídos pueden recibir y la noche siguiente es veneno para nuestro corazón. Eso me ocurre a mí en estos momentos -no ahora a las tres y media de la madrugada- y me pasa con temas tan preciosos y evocadores como estos dos.
PD: Súmale que cuando se acerca mi cumpleaños me vuelvo extrasensible y de lágrima fácil yo que creía que era inmune a la tristeza.
Quien sea inmune a la tristeza no creo que pueda sentir la música... Viva las lágrimas que salen de una canción.
ReplyDeletePD: felicitats Pau!