Cada momento de nuestra vida está marcado por una imagen de la cuál siempre asociamos una canción. Nosotros subimos al metro bien tempranito con los cascos puestos y esuchamos por ejemplo el single más radiado de The Drums. Llegamos a la oficina y pensamos que jodida está la vida pero nos quejamos de la monotonía. Pensamos en la chica que nos gusta y nos da calabazas -mediante Soul Asylum y su Promises Broken- pero llega el finde y tenemos ganas de olvidarnos de la crudeza de la realidad diaria y apostamos por escuchar algo banal y que nos aporte esa chispa de felicidad momentánea que nos permita pegarnos un bailoteo volver a casa borrachos y volver a tirar de melancolía de mano de The Smashing Pumpkins o cualquier cantautor folkie con pretensions suicidas que se nos ponga entre ceja y ceja.
PD: El post inicial era mucho mejor pero la inspiración se fue por una discusión con la mujer que más he amado durante los últimos años.
No comments:
Post a Comment
Tu opinión es importante