19 April 2011

Esperanza Spalding en Barcelona



El concierto arrancó con un trio telonero en el que el “crooner” Kalil Wilson, dotado de una voz muy particular y elevada técnica, agradó al público en sus primeras piezas pero que después sólo se pensaba en Esperanza.
Como en el concierto del dia anterior en Girona, éste arrancó con la protagonista iluminada des de el lateral del escenario por la luz de una lámpara, sentada en una butaca, y llenando una copa en una mesita de noche para tomar un traguito y empezar a crear ambiente de auténtico jazz.
Y así fue, el jazz fluía por todos los lados. Esta chica prodigio nacida en Portland, Oregon, el 1984, es la clara demostración que el jazz siempre se puede reinventar sin perder su esencia. Se ha ido superando disco a disco y su último proyecto con la formación de cuarteto clásica, “Chamber Music Society”, es del que ahora podemos gozar en sus conciertos.
La música empezó a emerger de su contrabajo de una forma tan natural, que su virtuosismo creaba una sensación irreal de facilidad para los espectadores. Mantenía dialógos constantes con su voz y su contrabajo, con los otros músicos que la acompañaban y sobretodo con la violin del cuarteto de cámara. Había momentos que dejaba el contrabajo y empezaba a improvisar con la voz (“scat singing”), danzando como una africana de una tribu aborigen, sin desentonar para nada con los otros músicos, creando momentos de clímax que recordaban al grandísimo Coltrane.
El jazz siempre se puede innovar y Esperanza es Esperanza para el jazz.

Ricard Ripoll

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