Este año el Sònar celebra sus 25 años por todo lo alto. No solamente ha creado un cartel que atrae a público de medio mundo y de mundos diferentes sino que además ofrece una oportunidad única de visitar lo que ha sido el festival en los últimos años a través de su imagen corporativa. Pese a ser un festival ya situado en el mainstream nunca ha abandonado su espíritu canalla ni su quehacer delicado por crear un cartel con nombres pequeños que se harán grandes y grandes artistas que cuesta traer a la península. Ahora pienso en Thom Yorke pero también tendremos a Damond Albarn en su faceta Gorillaz.
25 January 2018
Sònar 2018: mi 20 edición
Este año el Sònar celebra sus 25 años por todo lo alto. No solamente ha creado un cartel que atrae a público de medio mundo y de mundos diferentes sino que además ofrece una oportunidad única de visitar lo que ha sido el festival en los últimos años a través de su imagen corporativa. Pese a ser un festival ya situado en el mainstream nunca ha abandonado su espíritu canalla ni su quehacer delicado por crear un cartel con nombres pequeños que se harán grandes y grandes artistas que cuesta traer a la península. Ahora pienso en Thom Yorke pero también tendremos a Damond Albarn en su faceta Gorillaz.
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